Su nombre es Daniel Vivero, el primer nadador masculino de Costa Rica que conquista la Triple Corona de Aguas Abiertas.

Ganó dicho reconocimiento después de nadar el Canal de la Mancha (33.7 km), Canal de Catalina (32.5 km) y la Maratón Acuática de Manhattan (48.5 km).
A nivel histórico, solo 293 personas han conquistado la Triple Corona de Aguas Abiertas. Es un logro reservado para muy pocos

Agradecimiento abierto:
Hoy quiero expresar mi más profundo agradecimiento a cada uno de ustedes que se tomaron un momento de su tiempo para leer mi historia y felicitarme. Valorar su apoyo y sus palabras de aliento es algo que no puedo expresar con palabras. Su apoyo ha significado mucho para mí y me ha dado una motivación extra para seguir persiguiendo mis metas.
Aunque mi propósito es de índole personal y no busco sacar provecho de esto, quiero aprovechar la oportunidad para motivar a todos a hacer ejercicio y proponerse metas siempre altas en la vida. Creo firmemente en vivir una vida llena de desafíos en todos los aspectos: deportivo, laboral y familiar. Me incomoda conformarme y me encanta exigirme constantemente, porque sé que solo de esa manera puedo alcanzar grandes cosas.
Es importante destacar que, a pesar de provenir de un país pequeño como Costa Rica, no debemos limitarnos a nosotros mismos. Podemos aspirar a hacer cosas grandes y trascender barreras. No importa cuál sea nuestro origen o circunstancias, todos tenemos el potencial de lograr cosas extraordinarias si nos esforzamos y creemos en nosotros mismos. Hoy somos nadadores como Rocío Mora y yo, mañana serán otros más.
Quiero aprovechar esta oportunidad para compartir algunos detalles que tal vez no han salido a la superficie y que podrían ser de interés para ustedes. Este desafío conllevó una preparación exhaustiva de 8 meses en mi caso, cambios significativos en mi estilo de vida y la búsqueda constante de información junto a mi entrenadora, Laura Muñoz, para entrenar y fortalecer mi mente. Nadar durante 15 o 18 horas seguidas no es nada fácil, y mucho menos en aguas frías donde la temperatura puede llegar a los 13-14 grados Celsius (sin utilizar neopreno). Para lograrlo, he tenido que fortalecer mi mente progresivamente, paso a paso, nadada tras nadada. Cada logro obtenido en eventos de aguas abiertas me ha servido como un apoyo emocional para superar nuevos desafíos.
Cuando me encuentro en situaciones complicadas, mi mente entra automáticamente en conflicto. Por un lado, me pide que me retire y abandone, pero por otro lado, mantengo la calma y recurro a mis "galletas emocionales" para recordarme que he enfrentado situaciones similares en el pasado y soy capaz de seguir luchando y alcanzar la meta. También pesa mucho en mi mente el pensamiento de no conformarme con una vida ordinaria, sino de vivir una vida plena y satisfactoria hasta el final de mis días.
Como dice un dicho Cherokee:
"Cuando naciste, lloraste y el mundo se alegró. Vive tu vida de tal manera que cuando mueras, el mundo llore y tú te alegres."
Una vez más, les agradezco de corazón por su apoyo incondicional y por ser una fuente constante de inspiración para mí. Espero poder seguir compartiendo mis experiencias y motivar a otros a buscar metas altas y vivir una vida plena.
Agradecimientos especiales a Caro Vargas mi esposa, las familia Vivero y Agüero, mi entrenadora Laura Muñoz, feeder Neil Graham, Masterpiece, Dan Simonelli, Pacific Swim Co., y todos aquellos que han estado involucrados de una u otra forma conmigo. Un agradecimiento especial a Paul Zúñiga quien si bien no conozco se enteró de mi historia y escribió unas muy sentidas palabras.
Con gratitud,
Daniel Vivero

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