VENDIENDO MI CASA
Una mujer maya cansada de la rutina del campo y de tanto trabajo duro, decidió vender su casita.
Como sabía que su vecino era un destacado poeta, decidió pedirle el favor que le hiciera el aviso de venta.
El aviso decía:
"Vendo un pedacito de cielo, adornado con bellos árboles frutales y de maderas finas, donde todos los días las aves ofrecen conciertos con sus mejores cantos y un cristalino cenote con el agua más pura que jamás hayan visto".
El poeta tuvo que marcharse por un tiempo, pero a su regreso decidió visitar a sus nuevos vecinos, pensando que aquél hombre del aviso se había mudado.
Su sorpresa fue mayor al ver ala mujer maya trabajando en sus faenas.
El poeta preguntó:
- ¡Amiga! ¿No se iba de aquí ?
La mujer con una sonrisa le respondió: -
- No mi querido vecino, después de leer el aviso que usted me hizo, comprendí que tenía el lugar más maravilloso de la tierra y que no existe otro mejor...
Moraleja: No esperes a que venga un poeta para hacerte un aviso que diga lo maravillosa que es tu vida, tu hogar, tu familia y lo que con tanto trabajo hoy posees.
¡Valora lo que tienes y a quienes tienes cerca de ti, porque son las cosas perfectas y las personas idóneas a tus características y necesidades!